Como no podía ser de otra manera, el Tribunal Supremo inicia el proceso de apertura de juicio oral del caso de los llamados golpistas catalanes, aquellos que encabezaron el intento de rebeldía, de sedición del año pasado contra España.
Y todo pese a los intentos de la defensa de eternizar la fase «sine die» con el objetivo claro de alargar el proceso y que no se produzca el juicio.
Pese a Sánchez y a su gobierno, la Justicia continúa su camino. Haber hasta cuando dura, ya que las presiones son grandes y no se les quiere juzgar ya. Aunque falta por saber la posición que tomará la Abogacía del Estado y si descartará el delito de rebelión.
Difícil papeleta para un poder judicial hoy menoscabado en su labor por aquellos que quieren destruir este país.