En tierras donde manda el nacionalismo, la Guardia Civil no es bienvenida; incluso, más, es obligada de diferentes maneras a marcharse de dichos lugares.
Ayer, en los actos de celebración de su patrona, la Virgen del Pilar, los mandos de la Guardia Civil, aquí en Navarra, expresaban el sentir de una parte importante de los ciudadanos de estas tierras. Aludían a que, su presencia aquí no es un capricho sino una necesidad y que siempre ha de estar al servicio de los ciudadanos.
Nobles y ciertas palabras que querían hacer ver la importancia de la presencia de la benemérita en campos y ciudades de España y, como no, de Navarra.
Un Cuerpo que viene sufriendo, desde hace ya muchos años, el odio y la inquina de una parte de la población que pretende acabar con quien ha posibilitado que el terrorismo de ETA haya pasado a un estado latente, no práctico, o lo que es lo mismo sin asesinatos.
No queda otra que agradecer la labor que desempeñan hoy los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y, sobre todo, su benemérita, la Guardia Civil.
