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Ante las primeras sospechas de que una persona ha podido desaparecer, la Policía Foral aconseja llamar cuanto antes a los servicios de emergencia
Las horas iniciales pueden ser determinantes para el buen desenlace del asunto debido a que se pueden obtener testimonios recientes, se pueden asegurar pruebas y puede que el desaparecido esté cerca del último lugar en que fue visto. En ningún caso debe esperarse 24 horas como cree mucha gente.
Una vez que se sospeche de la desaparición de una persona, lo más conveniente es ponerse en contacto cuanto antes con el 112. En ese momento, se debe facilitar todo tipo de información que pueda ser de interés para la búsqueda de esa persona y que será requerida por el operador que atienda telefónicamente.
Una vez interpuesta la denuncia de desaparición, se inserta un señalamiento de búsqueda de persona desaparecida en la Base de Datos de Señalamientos Nacionales y Schengen (SIS). De esta forma, cualquier funcionario de policía que identifique a la persona desaparecida puede conocer que existe una denuncia por desaparición de la misma.
En caso de que se considere necesario, se prestará asistencia psicológica a los familiares de la persona desaparecida. Este tipo de ausencias producen un gran dolor y angustia a sus familiares y allegados, debido a la incertidumbre, a la falta de noticias y a la inseguridad de no saber cómo y cuándo va a resolverse la desaparición.
En uno de los últimos casos atendidos por la Policía Foral, se pudo localizar en un breve espacio de tiempo a un hombre cuyos familiares habían denunciado su desaparición. Los datos aportados por la familia facilitaron la labor de los policías especializados de la Brigada de Delitos contra las Personas, que consiguieron contactar con el desaparecido comprobando que se encontraba en perfectas condiciones, logrando con ello tranquilizar a sus seres queridos.
Desaparecidos en Navarra
Entre los meses de junio y septiembre, la Policía Foral ha atendido a 139 personas que han denunciado la desaparición de un familiar o allegado, o la fuga de un menor de edad. De ellas, 14 se han valorado de alto riesgo (3 menores y 11 mayores de edad), atendiendo a las circunstancias de la desaparición.
En el mismo período del año anterior, se denunciaron 140 fugas o desapariciones, y se catalogaron 20 de ellas como de riesgo (6 menores y 14 mayores de edad).