Los líderes del Partido Nacionalista Vasco declaraban ayer que la paciencia de su partido, sus cinco tristes votos, se estaba acabando para el gobierno socialista de Pedro Sánchez.
Esperpénticas declaraciones. Que un partido con sólo cinco tristes votos mantenga en vilo a todo un país asombra a más de uno, demuestra que, hoy por hoy, el gobierno actual es una pura “cortina de humo”. Un Gobierno que cree que manda, pero es el testaferro de un conjunto de partidos, todos ellos nacionalistas excluyentes o “comunistas” que lo que pretenden es destruir un país por completo.
Pedro Sánchez debería reflexionar y “hacerse un favor”, convocar elecciones o impedir que el nacionalismo gobierne este país. Un nacionalismo, por cierto, violento y que no quiere ya soluciones, salvo la independencia.
Con un Gobierno deshecho, unos ministros que no saben con quien se la están jugando y un presidente y un partido que huyen hacia adelante, la situación se torna insostenible.
Los ciudadanos los grandes perjudicados. Siempre es así.