Parece como si el gobierno del «acusado» de plagio en su tesis doctoral, señor Sánchez, tuviera prisa y que, consciente del poco tiempo que falta para el juicio contra los rebeldes catalanes, tuviera que cumplir más rápidamente la “hoja de ruta” pactada con el nacionalismo.
La ministra de administración territorial, señora Batet, declaraba ayer, que mejor no hubiera presos, en alusión clara a los catalanes independentistas en prisión provisional por los delitos de rebeldía, entre otros.
El tiempo se echa encima y el Gobierno central pudiera peligrar si no se cumple lo pactado. Se acerca el juicio contra los «rebeldes» y hay que intentar, por todos los medios, mediatizar a los jueces, con un objetivo claro la libertad de Turull y compañía.
Sánchez sabe que, si quiere continuar en el gobierno, debe conseguir su libertad. Primero el ministro de asuntos exteriores, Josep Borrell; ayer la ya aludida Batet, mañana quien sabe si todos los demás pedirán lo mismo, el caso es conseguir el objetivo.
No hay peor indignidad que querer mantenerse en el poder, en el Gobierno de una nación, ayudándose de quienes quieren destruirla, destruir lo establecido y, una vez, destruido, conseguir un objetivo: la independencia.