En España hay casi 1,3 millones de pymes con asalariados y más de 1,5 millones de autónomos, muy vulnerables a los ciberdelincuentes por la falta de medios para garantizar su seguridad informática. Los “ransomware” -programas que secuestran digitalmente el ordenador- son su principal amenaza.
No hay estadísticas sobre el número de delitos que sufren estas empresas, pero los investigadores advierten de que los ataques informáticos a las pymes aumentan al mismo ritmo que crece la ciberdelincuencia en general: en torno a un 27 % anual sin contar la cifra negra (lo que no se denuncia).