La agresión llevada a cabo por un seguidor del nacionalismo más violento, autor, por cierto, de la muerte de un seguidor del Real Club Deportivo Español, hacía una mujer que, acompañada por sus hijos, estaba recogiendo lazos amarillos del suelo, es consecuencia clara de la política de agresión hacia el Reino de España que están teniendo los líderes catalanes.
Sus palabras y sus hechos solo están provocando un aumento de la violencia en una sociedad como la catalana, que se encuentra dividida en dos.
El Gobierno de España debería actuar sin dilación. O se frena, la cada vez mayor escalada de violencia por parte del nacionalismo catalán, o este país se arriesga a una escalada del conflicto de consecuencias imprevisibles.
Pedro Sánchez, debería olvidarse del apoyo que le presta el nacionalismo catalán y vasco y romper las relaciones que tiene con ellos para convocar las elecciones prometidas (que tampoco Rajoy convocó), sino el chantaje al que está sometido puede volverse contra él.
Es el momento de convocar elecciones, ya.