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El papa pide medidas para no repetir «el fracaso» de la Iglesia ante los abusos

El papa Francisco pidió hoy en Irlanda que se tomen todas las medidas necesarias, y «a cualquier coste moral», para asegurar que «el fracaso» de la Iglesia ante los abusos cometidos por el clero contra menores no vuelva a repetirse.

El pontífice lanzó ese mensaje al comienzo de su visita de dos días a este país, después de que el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, en un tono más contundente, le pidiera que use su «influencia» y su «posición de mando» para que la Iglesia colabore en el esclarecimiento de todos los casos pendientes y futuros.

Ambos líderes se dirigieron a una audiencia de unas doscientas autoridades y representantes del cuerpo diplomático en el Castillo de Dublín, adonde llegó hoy Francisco para participar en el Encuentro Mundial de las Familias, un cita que, no obstante, está marcado por la cuestión de los abusos.

Ninguno la evitó y el papa, en su primer discurso público de este viaje, volvió a calificarlos de «crímenes repugnantes» e insistió en la necesidad de «adoptar normas severas», si bien no propuso medidas concretas al respecto.

«No puedo dejar de reconocer el grave escándalo causado en Irlanda por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia encargados de protegerlos y educarlos», aseveró Jorge Bergoglio, a quien se le ha presentado otro frente tras la publicación en Pensilvania (EEUU) de un informe sobre violencia sexual durante años a cerca de mil menores por parte de 300 sacerdotes.

Mientras se abre una nueva herida al otro lado del Atlántico, la irlandesa no se ha cerrado aún y, aunque la presencia del papa en la isla ha generado enorme expectación, la realidad es que la Iglesia ha perdido prestigio.

Irlanda, de hecho, es un país muy diferente al que conoció Juan Pablo II hace 39 años, en la primera y única visita hasta hoy de un papa a Irlanda, según le trasladó Varadkar, quien, no obstante, destacó la contribución positiva de la Iglesia Católica en el desarrollo de este país desde su fundación hace casi un siglo,

Por contra, su lado «oscuro», dijo el primer ministro democristiano, ha escrito una «historia de dolor y vergüenza» en la que la «caridad, la compasión y el perdón cristiano» han sido sustituidos, «demasiado a menudo», por la «severidad y crueldad, sobre todo hacia las mujeres, los menores y los marginados».

En su intervención, Varadkar pidió al pontífice argentino que intervenga para «cerrar las heridas que aún están abiertas» y lograr que «las víctimas y supervivientes» reciban «justicia» y conozcan «la verdad».

«Santo Padre, le pido que use su influencia y posición para asegurarse de que eso se hará aquí en Irlanda y en el resto del mundo (…). Sobre todo, Santo Padre, le pido que escuche a las víctimas», subrayó el primer ministro, o «Taoiseach».

Varadkar también hizo autocrítica y lamentó que, al igual que la Iglesia, «el Estado y la sociedad en general fracasaron» a la hora de acabar con un sistema de abusos sistemático que sobrevivió en Irlanda durante años debido a que las autoridades, en muchas ocasiones, protegieron a los responsables y ocultaron las denuncias.

En este sentido, el papa reconoció en su discurso que «el fracaso de las autoridades eclesiásticas -obispos, superiores religiosos y sacerdotes- al afrontar adecuadamente estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica».

Asimismo, recordó que en su última carta a todos los católicos sobre los abusos, publicada antes de viajar a Dublín, ha pedido «empeño, incluso un mayor empeño, para acabar con este flagelo en la Iglesia, y a cualquier coste moral y de sufrimiento».

El catálogo de miles de casos de abusos cometidos por el clero en Irlanda, recogidos en varias investigaciones oficiales desde 2009, ha dañado la imagen de la Iglesia y su influencia y apoyo han decaído significativamente en la isla.

Por ello, Varadkar, el primer «Taoiseach» abiertamente gay, dijo hoy que «ha llegado el momento» de «construir una nueva relación entre Iglesia y Estado» en Irlanda, un «nuevo pacto para el siglo XXI», pues la religión «tendrá todavía un papel importante», pero «ya no está en el centro de nuestra sociedad».

Le explicó al papa que este país es muy diferente al de hace 39 años y que aspira a tener unos valores de «igualdad ante la ley, justicia social, diversidad y aperturismo».

«Hemos votado en nuestro Parlamento y por referéndum para modernizar nuestras leyes -recordó-, al entender que los matrimonios no siempre funcionan, que las mujeres deben tomar sus propias decisiones y que las familias tienen muchas formas, como las compuestas por personas del mismo sexo».

Irlanda se convirtió en el primer país del mundo que dio luz verde al matrimonio gay en un referéndum celebrado en 2015.

Asimismo, la gran mayoría del electorado irlandés volvió a pronunciarse el pasado mayo en otra consulta a favor de la reforma de la ley del aborto, una de las más restrictivas del mundo.

«Le agradecemos su visita y le pedimos que rece para que iniciemos este viaje juntos», concluyó Varadkar. EFE

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