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Un rayo «durmiente» puede tardar más de 24 horas en iniciar un incendio

El impacto del rayo sobre el árbol puede quemar enseguida o «si incide que va directamente a las raíces desde el exterior sin previo aviso, puede empezar a arder desde el interior

Los rayos latentes o durmientes que caen sobre los árboles durante las tormentas secas pueden tardar más de 24 horas en iniciar incendios forestales, ha explicado a Efe la portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Ana Casals.

El rayo que impacta en un árbol durante una tormenta seca puede llegar hasta la raíz y, debido a las altas temperaturas del propio rayo y la falta de oxígeno, quema el interior, pero el fuego puede tardar 24, 48 o más horas en hacerse visible, según la portavoz.

Según las investigaciones, el incendio de Llutxent (Valencia) de mediados de agosto fue causado por uno de estos rayos, dice Casals, y explica que, por lo general, esta información se confirma una vez concluidas las pesquisas.

Asimismo, las brigadas que trabajan hoy en el incendio del Parque Natural do Invernadoiro, en Orense, no descartan que el fuego que ha arrasado ya 70 hectáreas haya sido causado por un rayo.

El impacto del rayo sobre el árbol puede quemar enseguida o «si incide que va directamente a las raíces desde el exterior sin previo aviso, puede empezar a arder desde el interior».

Este tipo de fenómenos «es más probable cuando hay mucha humedad en el ambiente», explica Casals, porque se produce una combustión interna que «solo se puede detectar con infrarrojos».

Cuando «cambia el viento y desciende la humedad, entra oxígeno al árbol, prende el fuego que sale al exterior y se inicia el incendio forestal de manera muy rápida», según Calas, por eso también se les llama «rayos durmientes».

Por lo general, este tipo de fenómenos se dan en «zonas montañosas, de difícil acceso y no pobladas», explica la portavoz, y añade que «de ahí la dificultad de controlar este tipo de incendios forestales», porque, además, suelen producirse en la noche o de madrugada.

La portavoz de la Aemet añade que según un estudio de 1994, los incendios por rayos representaron el 2,7 % del total y quemaron el 27,7 de la zona arbolada que resultó afectada ese año en España.

Casals advierte de que durante una tormenta con rayos es mejor no estar cerca de zonas arboladas porque el impacto de uno de ellos sobre un ejemplar puede provocar -además- una explosión de la que pueden salir disparadas miles de astillas y «hacer de armas». EFE

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