La amazona francesa Lea Vicens, que cortó sendas orejas a su lote, se llevó el protagonismo y el triunfo en el festejo mixto de rejones que abrió hoy el abono de las Corridas Generales de Bilbao y del que los Hermoso de Mendoza, padre e hijo, se fueron de vacío por sus fallos con los rejones de muerte.
Al revés de lo sucedido hace justo una semana en San Sebastián, cuando los jinetes navarros compartieron una familiar salida a hombros, esta vez las cañas se tornaron lanzas para ambos y la tarde acabó siendo para la invitada a su fiesta, que no dejó pasar la oportunidad de hacerse notar en una plaza de primera.
Más que cualquier otra virtud, la francesa puso en el empeño la chispa y el desparpajo que les faltó en ciertos momentos a padre e hijo, siempre enfocados en la ortodoxia y el clasicismo en la monta y en la forma de torear a caballo.
En cambio, Lea Vicens tomó desde el primer momento la vía del alarde y la gestualidad, que tan buenos resultados orejeros tienen siempre en este tipo de espectáculos, ante un buen lote de toros de Sänchez y Sánchez.
Lo mismo con el muy bravo el primero que con el quinto, más templado en su galope, la amazona estuvo más acertada a la hora de lidiar que de clavar banderillas y rejones, alternando bastantes fallos con algunos aciertos y casi siempre en embroques de escaso ajuste.
Pero esa manera de buscar la complicidad de los tendidos con gestos, adornos y alardes de monta le bastó para mantener el entusiasmo y, con más puntería que sus alternantes en la suerte suprema, llevarse así esas dos orejas que abren el marcador de trofeos de las Corridas Generales de este año.
Porque de no fallar con los rejones de muerte tampoco se hubieran ido de vacío ni Pablo ni Guillermo Hermoso de Mendoza, que lucieron especialmente ante los segundos astados de sus respectivos lotes.
El padre hizo un esfuerzo, aunque sin llegar a caldear el ambiente, por tirar de las embestidas del toro que abrió plaza, al que le faltó celo y empuje, y dio luego todo un recital de toreo a caballo con el cuarto, ante el que el castaño «Berlín» hizo un despliegue de potencia y de valor.
Los galopes de costado de este equino de raza hannoveriana, así como su manera de ir al toro despacio y con total frontalidad fueron los momentos de mayor categoría de una tarde en la que los únicos desaciertos del maestro llegaron en la suerte suprema, para quedarse extrañamente sin trofeos en una plaza que le lleva viendo triunfar año tras año desde hace casi tres décadas.
Rama del mismo tronco, lo mismo le sucedió a su hijo Guillermo en la que era su presentación en Bilbao, ante dos novillos de terciada presencia y poco remate pero que siguieron a sus caballos con nerviosa e incansable acometividad.
Aun con momentos estimables, no terminó de imponerse Hermoso hijo con el primero, por lo que, antes que pasar inadvertido, le tuvo que poner a la lidia del sexto un añadido de garra para, ahora sí, hacer sonar con mucha fuerza las palmas en el tendido.
Sobre «Disparate», uno de los caballos habituales en la cuadra de su padre, Guillermo logró clavar y torear con muchísimo ajuste, dejando llegar al novillo a milímetros del estribo en encuentros realmente emocionantes y de absoluta limpieza.
Pero fueron tal vez los nervios o quizá la ansiedad por amarrar el triunfo los que acabaron jugándole una mala pasada en sus repetidos intentos por rematar una faena que se hubiera premiado a la altura de los méritos contraídos hasta entonces por el neófito.
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FICHA DEL FESTEJO:
Cuatro toros y dos novillos (3º y 6º) despuntados para rejones de Ángel Sánchez y Sänchez. Los cuatreños y cinqueños tuvieron cuajo y buena presencia, y dieron buen juego en general, a excepción del primero, falto de raza; Los utreros, de muy justa presencia, sacaron movilidad y nervio.
Pablo Hermoso de Mendoza, con casaca azul marino y plata: rejonazo muy trasero (silencio); pinchazo, rejonazo arriba y descabello pie a tierra (ovación).
Lea Vicens, con chaquetilla gris marengo: pinchazo y rejonazo contrario (oreja); medio rejonazo contrario perpendicular y descabello pie a tierra (oreja).
Guillermo Hermoso de Mendoza, con casaca grana y oro: pinchazo y rejonazo contrario (ovación tras leve petición); pinchazo, medio rejonazo trasero perpendicular, dos pinchazos, rejonazo contrario y seis descabellos pie a tierra (gran ovación tras aviso).
Primer festejo de abono de las Corridas Generales de Bilbao, con dos tercios del aforo cubiertos (unas 9.000 personas), en tarde fresca. EFE
Paco Aguado