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El auge de los «hoverboards»: De caminar a rodar por las calles de Pamplona

Cada vez son más los pamploneses que se desplazan con aparatos de movilidad eléctrica como los «hoverboards» o los patinetes eléctricos, unos dispositivos que ya son los medios de transporte habituales de varias personas que circulan con ellos por las distintas calles de Pamplona.

Los tradicionales monopatines, patinetes, bicicletas han cobrado este año un mayor auge en sus ventas, pero esta vez en su versión eléctrica. Estos aparatos, que con el tiempo son más potentes, permiten a sus usuarios desplazarse por toda la Cuenca de Pamplona como alternativa eficaz al coche o la moto.

«Últimamente hay más gente que se está planteando tener un aparato de estos», ha declarado a Efe Borja Eraso, trabajador en Fotona Mobility, un comercio de la capital navarra en el que se venden estos dispositivos eléctricos.

Ahora se puede observar que «hay una transición», ha indicado Eraso, que asegura que dos años atrás «la gente no se fiaba de desplazarse con estos aparatos a diario porque había muchas incertidumbres respecto a la autonomía».

«Aquí en Pamplona hay mucha tradición de bicicleta, y en cuanto a estos aparatos eléctricos ha tenido auge la bicicleta eléctrica», que fue como «el primer caballo de Troya de la movilidad eléctrica», ha declarado Eraso. Y a raíz de ello, ha empezado a utilizarse otros dispositivos como el patinete y también el del ciclomotor eléctricos.

Otro factor que también ha motivado el apogeo de estos artilugios es que cada vez son más ligeros y «su capacidad de abordar cualquier tipo de terreno en ciudad, donde los formatos mayores pueden llegar a tener una autonomía de 90 kilómetros», ha explicado Eraso.

En principio, lo que realmente vale dinero no es el aparato en sí mismo, sino «la batería que posee».

Además los dispositivos son hoy más transportables y ligeros que en el pasado, ya que las baterías actuales son de litio mientras que antes eran de plomo y pesaban mucho más.

Las ventajas que presentan las baterías de litio es que son más ligeras, tienen una mayor autonomía y una vida útil que puede alcanzar los cuatro años.

Además, otra ventaja de la batería de litio es que es extraíble, lo que permite sacarla del aparato eléctrico cuando es aparcado en un lugar público y no arriesgarse a un potencial robo.

Los usuarios que optan por la movilidad eléctrica en Pamplona rondan la media de los 50 años de edad. Se trata de adultos que suelen circular de forma habitual con bicicletas o ciclomotores eléctricos, que tienen un mayor volumen y potencia en comparación con los patinetes.

Por su parte los más jóvenes suelen optar por los patinetes eléctricos o los «hoverboards» (también conocidos como «scooters de balance autónomo») una tabla de plástico situada sobre dos ruedas.

En sus inicios, el «hoverboard» fue concebido como un juguete con el que jugaban los niños, pero ahora cada vez son más las personas que lo utilizan como un medio cómodo y fácil de manejar. Si bien su control puede resultar algo complicado al principio, después de algunos minutos de uso se vuelve algo natural.

Las bicicletas eléctricas y ciclomotores son más demandados por adultos debido a las mayores posibilidades de potencia y autonomía, y a que el mantenimiento asciende a un precio mayor.

«Los ciclomotores a nivel mecánico, de potencia y durabilidad son semejantes a los patinetes, pero al ser formatos más grandes requieren de matrícula para circular por la ciudad», ha explicado Eraso.

El interés por este tipo de dispositivos ha aumentado de manera importante por las ventajas de ahorro en tiempo y dinero, además de ser medios ecológicos que permiten desplazamientos rápidos y cómodos, evitando los atascos, y cuyo consumo es muy económico en la carga de la batería de los utensilios en comparación con la gasolina de coches y motos.

El portavoz de la Policía Municipal de Pamplona y experto en Seguridad Vial, Jesús Bariain, ha declarado a Efe que aparatos como los «hoverboards» o los patinetes eléctricos «no existen legalmente y suponen un peligro pudiendo crear conflictos en el ámbito urbano con bicicletas y peatones», dice sobre estos artilugios que no requieren ningún tipo de licencia.

«No existe una regulación especial para este tipo de aparatos, más bien nos guiamos por la regulación de tráfico de Pamplona», ha explicado Bariain, quien ha añadido que «debería regularse porque son aparatos cada vez más presentes en la ciudad que alcanzan velocidades bastante rápidas».

También el coordinador de Movilidad del Ayuntamiento de Pamplona, Fermín Martínez ha explicado a Efe que existe «una situación transitoria a nivel normativo» donde en principio estos aparatos de movilidad eléctrica «deben atenerse a las normas del resto de vehículos similares en función del tipo de vía».

Según ha señalado Martínez aún está en vigor la Ordenanza previa del 2009, en la que estos vehículos no existían y no estaban recogidos. En la nueva Ordenanza de 2016 los recoge pero está pendiente de aprobación definitiva en el pleno y todavía no está vigente.

La Ordenanza Municipal de Movilidad de Pamplona hace una diferenciación según los niveles de peligrosidad y de finalidad de su uso para prever que la presencia de estas máquinas no sea muy numerosa en las calles. EFE

Talía Villar

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