Iberdrola tuvo un beneficio neto de 1.410,5 millones de euros en el primer semestre, un 7,1 % menos que un año antes, por la ausencia de extraordinarios, si bien su beneficio ordinario aumentó un 27 %, hasta los 1.367,7 millones, por el negocio internacional y la normalización operativa en sus mercados de referencia.
La diferencia entre el beneficio neto y el ordinario se debe a que el año pasado hubo 442 millones de euros de partidas extraordinarias por la fusión Siemens Gamesa y la revisión de los precios de la cartera de contratos de gas en España, a lo que hay que añadir el impacto negativo de la evolución de los tipos de cambio, que ha restado 69 millones al beneficio neto.