Está claro que, al principal partido de la oposición -ahora- en este país, el Partido Popular, el ejercicio más democrático que es el de “un hombre, una mujer, un voto”, no vale para nada.
Elegidos los candidatos a la presidencia del partido por parte de unos pocos afiliados, ahora en la segunda fase de este proceso, llamado de primarias, sólo van a poder elegir los llamados compromisarios, una segunda categoría de afiliados al Partido Popular.
Los compromisarios son los representantes de los afiliados y representan, también, a sus provincias respectivas. Ellos, son los que deciden quién va a ser el nuevo presidente del PP. O sea, no son los afiliados los que eligen al candidato.
Puede darse el caso de que una provincia haya elegido a un candidato, y que sus compromisarios elijan a otro; de ahí que estos días, hasta el sábado, cuando se produzca la votación, los candidatos intenten atraerse al mayor número de compromisarios.
Ambos candidatos proclaman que ya los tienen, en torno al 60% de ellos. Alguno yerra, alguno miente. El próximo sábado se vera cuál es la realidad y se verá si el partido sigue anclado en el pasado o si afronta un futuro con ciertas garantías.
Editoriales relacionados
EDITORIAL: El vídeo de la renovación
Sí votan a Soraya, el PP ni se regenera ni se regenerará y pierden una oportunidad de oro y ese invento de los compromisarios huele a pucherazo