Dos goles de Harry Maguire y Dele Alli sirvieron para que, veintiocho años después, Inglaterra vuelva a jugar una semifinal de un Mundial de fútbol, tras derrotar este sábado en partido de cuartos a Suecia (0-2), en Samara, donde el equipo de los «Tres Leones» se reencontró con su historia.
Inglaterra, campeona del mundo en 1966, casi siempre candidata a todo y acreedora a nada, ha vuelto, quizá en el momento menos esperado, con un equipo muy joven e inexperto, a la elite del fútbol mundial. Y el próximo miércoles jugará, en el estadio Luzhniki de Moscú, el mismo que albergará el partido decisivo, el 15 de julio, la semifinal contra el ganador del Rusia-Croacia.