San Fermín viste la capa "de gala" que lucirá durante las fiestas.
Los miembros de la Corte de San Fermín llevarán hoy a cabo el tradicional y poco conocido acto de cambiar la capa de «diario» del santo por la «de gala», que la efigie lucirá durante las fiestas de Pamplona, del 6 al 14 de julio
Ésta y las otras seis capas del santo, junto a otros valiosos elementos, se custodian en el museo de la capilla de San Fermín, en la iglesia de San Lorenzo de Pamplona.
El objetivo de este cambio de capa, ha explicado a Efe Enrique Bretos, de la Corte de San Fermín, es poner al santo «todo lo guapo que es» y colocarle «las mejores galas para recibir a todos los visitantes que vienen de la propia navarra, de toda España y del mundo entero».
Además, el 7 de julio, festividad de San Fermín, se colocan al santo la mitra de obispo y el báculo, también de gala, el pectoral y el anillo episcopal. «Eso se le pone después de la misa de la escalera, a las nueve y media, y así sale en procesión para recibir el cariño de todos los pamploneses», ha comentado Bretos.
La espectacular capa de gala fue bordada durante tres años por las hermanas Imelda y Marichu Atondo en su taller de la Plaza del Ayuntamiento. Se trata de una obra de arte confeccionada con terciopelo, plata y oro, que las dos costureras regalaron al santo, tras haberse ocupado anteriormente de restaurar, por encargo del Ayuntamiento de Pamplona, otras dos capas de San Fermín de origen medieval.
En total, el santo cuenta con siete capas, incluida una como copatrón de Navarra, título que ostenta junto a San Francisco Javier, ya que el patrón de Pamplona, en contra de lo que muchos creen fuera de la ciudad, es San Saturnino, cuya festividad se celebra el 29 de noviembre.
Durante la procesión del 7 de julio, el llamado «santo morenico» luce asimismo la mitra de gala, una donación realizada en 1776 por el indiano Felipe Iriarte, nacido en Alcoz (Navarra) y residente en México. Se trata de una mitra de obispo con una abigarrada filigrana de plata y vidrios de colores, obra de orfebres chinos, que llegó a Pamplona a bordo del Galeón de Manila.
La mitra muestra elementos vegetales, sobre todo rosas, entre las que pueden verse multitud de insectos, como mariposas, saltamontes y alacranes, muchos de ellos sujetos con pequeños muelles, que hacen que las figuras tiemblen y brillen con el sol.
La mitra y el báculo de obispo, realizado con la misma técnica, han estado en numerosas exposiciones internacionales por su originalidad y su valor como trabajo de orfebrería.
Otros elementos que se colocan al santo en la procesión son el pectoral de obispo y otro gran collar que porta el sagrario, además de un anillo con una gran esmeralda que fue donado en 1775 por Juan Antonio de Zelaya y Vergara, quien fue gobernador militar de Guayaquil (actual Ecuador) y gobernador de la provincia de Popayán (actual Colombia).
Bretos ha confesado que, como pamplonés, le hace «mucha ilusión» vestir de gala al santo cada 5 de julio, porque «al fin y al cabo, el hecho de estar aquí en la Corte de San Fermín te permite ver todos los favores y todo el cariño que recibe el santo. Ser testigo directo de este tipo de actos es un orgullo».
La Corte de San Fermín, formada por más de 800 miembros, es una institución religiosa constituida en 1885 como reconocimiento a los favores del santo y especialmente por haber preservado a Pamplona de una epidemia de cólera que ese año se había cobrado numerosas víctimas en otras poblaciones de Navarra. EFE
