La Asociación de Conservadores Restauradores de España (ACRE) ha anunciado la interposición de una denuncia judicial contra los responsables de la «desgraciada intervención» realizada en una talla de madera policromada del siglo XVI en Estella, que ha resultado ser «un destrozo sobre el patrimonio cultural navarro».
Así lo ha señalado a Efe el presidente de ACRE, Fernando Carrera, quien se refería así a las tareas supuestamente de restauración de una talla policromada de San Jorge que se exhibe en la iglesia de San Miguel de Estella, «una obra de gran interés y relevancia patrimonial», que el párroco encargó restaurar a la encargada de un taller de arte y manualidades de la localidad.
Los colores uniformes que se han aplicado a la talla, especialmente al rostro de San Jorge, han despertado la indignación de algunos y la hilaridad de otros en las redes sociales, donde ya se compara este trabajo con el Ecce Homo de Borja por la escasa calidad del resultado.
El aviso llegó a ACRE desde una profesional de la restauración con taller en Pamplona, quien a su vez vio el resultado de los trabajos en las redes sociales, donde los propios responsables del taller de Estella que llevaba a cabo la intervención habían publicado imágenes del proceso.
Es «un hecho muy serio» porque este tipo de obras de arte son «una herencia, es un patrimonio que nos pertenece a todos y a todos nos compete su protección. Su destrucción, en este caso, a todos nos debería horrorizar», ha lamentado Carrera, quien considera lo ocurrido «un robo a la ciudadanía».
Lo sucedido da argumentos a la reivindicación de los restauradores para «tener más presencia en la legislación y a nuestras reclamaciones profesionales», advierte el presidente de ACRE, quien sin embargo lamenta «sobre todo el atentado a un patrimonio que es de toda la sociedad, navarra y española».
Al respecto, ha reconocido que este tipo de trabajos está regulado por normativa estatal y de cada comunidad autónoma, que también existe en el caso de Navarra, de forma que los Bienes de Interés Cultural o inventariados, calificados con esta máxima categoría de la ley, exigen un proyecto antes de su intervención, algo que al parecer en este caso no existía.
Para Carrera, «aquí por un lado ha habido un incumplimiento de una norma que existe, pero al mismo tiempo nosotros reclamamos un mayor desarrollo reglamentario de la norma, porque ésta por ejemplo no exige que esos proyectos los firme un titulado en conservación restauración», ha señalado para reconocer que «la norma es buena pero es incompleta».
También se ha referido al caso del «Ecce Homo» de Borja, cuya restauración por una vecina de la localidad sin acreditación ni suficientes conocimientos, causó en su día la indignación y la hilaridad por el resultado de su trabajo, aunque a partir de entonces «la sociedad está un poco más concienciada. Por eso no vamos a dejar que esto se convierta en otro chiste», indica Carrera.
Por su parte, el Gobierno de Navarra investiga la autoría y circunstancias en la que se ha llevado a cabo la restauración de la talla, según ha señalado a Efe el director del Servicio de Patrimonio del Gobierno foral, Carlos Martínez Álava, quien ha asegurado que desde la Institución Príncipe de Viana «no teníamos conocimiento previo de las actuaciones que se iban a hacer, que es lo preceptivo».
«Todas estas actuaciones son sobre bienes que están en el Registro Cultural y de Patrimonio de Navarra, y por tanto tienen que tener un proyecto y nosotros debemos dar el visto bueno» antes de acometerlas, señala para negar que haya sido el caso.
«Nos enteramos por un vecino de que se estaba haciendo algo, nos reunimos con las personas que lo estaban llevando a cabo, y vimos su alcance, aunque estaba prácticamente terminada» la intervención, que ahora evalúan, ha señalado.
Ha explicado que la talla es de madera policromada, tardogótica, que estaba fuera de la iglesia a la vista pública, y cuyo aspecto «podría indicar que le podía hacer falta una limpieza, pero da la impresión de que esta actuación ha sido un tanto excesiva», ha señalado Martínez Álava, quien también ha dicho que los técnicos que acudieron a Estella «constatamos que la persona responsable no da la impresión de ser un profesional de la restauración».
En cualquier caso, y pese a los daños sufridos, el experto considera que la talla «puede ser recuperable, pero el proceso será costoso y más largo de lo que hubiera sido una actuación profesional» de inicio, aunque todavía está en estudio el alcance del daño sufrido por la talla.
Sin querer calificar el resultado, ha reconocido que «visualmente la imagen no es la apropiada, no conecta con la imagen que tenía el bien antes. En este caso puede ocurrir que aparentemente el bien tenga un aspecto más actual, más bello, pero que haya perdido buena parte de su contenido histórico y eso es dañar el bien», ha zanjado.
Sobre lo habitual de este tipo de casos en Navarra, Martínez Álava reconoce que «no es algo que tenga precedentes. Hace años podía pasar pero desde la ley de 2005 no tenemos constancia de sanción o denuncia», ha recordado para señalar que «en los últimos 25 años la restauración se ha profesionalizado». EFE
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