El presidente de EE.UU., Donald Trump, retomó hoy su discurso más duro contra la inmigración ilegal en un intento de alejar el foco mediático de los niños indocumentados separados de sus familias en la frontera, dos días después de ceder ante las críticas y ordenar el fin de esa polémica medida.
Trump recibió en la Casa Blanca a una quincena de padres, cuyos hijos fueron asesinados por indocumentados, para recuperar uno de los temas que más destacó en su campaña electoral y que funciona con su base de votantes: la idea de que la inmigración irregular está relacionada con el auge de la criminalidad.