Los ciudadanos españoles tienen, últimamente, la sensación de estar viviendo en un” país bananero”, entendiendo como tal, aquel lugar donde las cosas suceden de una forma incomprensible, de una forma totalmente alejada de la realidad.
Casos de corrupción por doquier, políticos que sólo buscan perpetuarse, mociones de censura, dimisiones de ministros, falsos currículums, ceses; un largo suma y sigue de situaciones que están convirtiendo a España, sino en el hazmerreír, sí en un país considerado poco serio.
En muy pocas semanas, lo que antes era negro, ahora se ha vuelto blanco, o mejor dicho, de todos los colores.
A menos de dos días del comienzo de un mundial de fútbol, el deporte rey, nuestra selección se ha quedado “compuesta y sin novio”, se ha quedado sin su entrenador y ha tenido que ponerse a uno cuyo bagaje principal, es haber dirigido sólo una vez a uno de nuestros equipos, el Oviedo; es decir, sin bagaje internacional.
La “chapuza” realizada es de juzgado de guardia. Estamos ante un país bananero