El Gobierno austríaco anunció hoy el cierre de siete mezquitas por difundir ideas extremistas y la deportación de hasta 60 imanes que reciben salarios desde Turquía, una decisión calificada por Ankara de «islamófoba» y «racista».
«Las sociedades paralelas, el islam político y el extremismo no tienen cabida en Austria», justificó la decisión en una rueda de prensa en Viena el canciller conservador, el democristiano Sebastian Kurz.