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Grasa parda y grasa beis muy beneficiosas para activar el gasto energético y disminuir la obesidad

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En contra de una percepción generalizada, no todas las grasas corporales son malas y no todas ellas son iguales

Sobre cuáles son las diferencias entre grasa blanca, parda o marrón y grasa beige hablarán varios expertos nacionales e internacionales en una reunión científica sobre esta temática que tendrá lugar en la Facultad de Farmacia y Nutrición de la Universidad de Navarrael próximo viernes, 8 de junio.

Bajo el título “Frontiers in brown and beige adipose tissues: Physiological role and therapeutic potential”, una decena de expertos debatirán los últimos hallazgos en el ámbito de la Fisiología de los distintos tipos de tejido adiposo, y su papel en la obesidad y enfermedades asociadas.

Tal y como explica una de las organizadoras, la profesora María Jesús Moreno Aliaga, “a pesar de que la población pueda pensar que la grasa corporal es dañina y hay que reducirla al máximo, en realidad el tejido adiposo está implicado en la regulación de muchas funciones fisiológicas y metabólicas, por lo que es fundamental mantener un porcentaje adecuado de grasa corporal”

Lo que sí es cierto, según la experta, es que tanto el exceso como el defecto de tejido graso en nuestro cuerpo está asociado a una mayor probabilidad de sufrir resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, hígado graso y complicaciones cardiovasculares. “Al mismo tiempo, sabemos que la grasa blanca no solo es la principal reserva de energía del organismo, sino que actúa como un verdadero órgano que produce hormonas implicadas en la regulación metabólica, entre otras funciones. En este sentido, lo que sí debe controlarse es la distribución de esta grasa blanca, ya que su localización en la parte abdominal implica un mayor riesgo de desarrollar complicaciones metabólicas”. Asimismo, María Jesús Moreno -catedrática de Fisiología- explica que un segundo tipo de grasa -denominada grasa parda o marrón, mucho menos abundante que la grasa blanca- tiene un papel muy relevante por su capacidad de disipar energía en forma de calor: “Además, algunos estudios recientes indican que la grasa parda también juega un papel en el control del metabolismo de azúcares y de grasas. Recientemente se ha descubierto un tercer tipo de adipocito o célula grasa, denominada beige. Estos adipocitos beige se encuentran en los depósitos blancos, pero tienen  un potencial termogénico más similar a los pardos ”.

Todo ello, tal y como abordarán los expertos en este Workshop internacional en la Universidad de Navarra, arrojará una idea del papel que tienen los distintos tipos de grasa en nuestro cuerpo: “En este sentido, resulta de interés la identificación de nuevos agentes farmacológicos y nutricionales que promuevan la activación de la grasa parda y/o el pardeamiento de la grasa blanca, como posibles estrategias terapéuticas eficaces para mejorar la obesidad y trastornos asociados con la misma, como la diabetes tipo 2”, adelanta la experta, coorganizadora del encuentro junto la Dra. Pilar Lostao, también catedrática de Fisiología la Universidad de Navarra, y ambas editoras del Journal of Physiology and Biochemistry e investigadoras del Centro de Investigación Nutrición de la Universidad .

o.

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