La delegada del Gobierno en Navarra en funciones, Carmen Alba, a la espera de que se produzca su relevo en el cargo tras acceder a la presidencia del Ejecutivo, Pedro Sánchez, asegura sentirse «contenta» por haber contribuido a que «Navarra siga siendo España, a que los símbolos de España de mantengan».
En enero de 2012 tomó posesión del cargo en la delegación del Gobierno y desde entonces ha estado al frente de la institución, consciente de que el puesto tenía «fecha de caducidad», según ha reconocido en declaraciones a Efe.
En este tiempo ha representado en Navarra al Gobierno del PP, lo que le hace sentirse «muy orgullosa», puesto que, según señala, es «un Gobierno que ha sacado a España adelante de una situación muy complicada», que ha logrado «sacar a un país de la crisis».
Asimismo muestra «una satisfacción tremenda» por haber tenido «el mando de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, de haberlos podido conocer a fondo y más de cerca».
Junto a eso cita como uno de los motivos de satisfacción el haber «ayudado a que Navarra siga siendo España, que los símbolos de España se mantengan, que no nos impongan símbolos que no son los nuestros como se ha intentado con la ikurriña en muchos ayuntamientos».
La colocación de ikurriñas en diversos ayuntamientos navarros con motivo del inicio de sus fiestas patronales ha sido recurrida en estos años ante el Contencioso-Administrativo por la institución a la que representa.
Además, según comenta, en muchos consistorios en los que «no estaba la bandera de España se ha intentado que el país esté representado».
Al hacer balance, sitúa en el lado contrario de la balanza, la «pena» de no haber logrado «una buena coordinación entre los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad por un problema con el 112».
En este sentido denuncia que el servicio de emergencias «evita llamar a Guardia Civil y Policía Nacional cuando tiene una alerta de un ciudadano por lo que los ciudadanos no están debidamente atendidos», a lo que añade que pese a los intentos de solucionar este asunto, ha quedado «a expensas de la decisión del Gobierno de Navarra que ha sido negativa».
Tras puntualizar que «con los agentes de la Policía Foral no hay ningún problema, en el trato diario se coordinan bien», comenta que el «problema surge cuando hay un aviso al 112 y antes de llamar al cuartel de la Guardia Civil de ese pueblo se llama a agentes de la Policía Foral que están a 60 kilómetros de distancia».
En este tiempo además ha vivido con «mucha tristeza» la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua, unos hechos que, en su opinión, demuestran que «queda mucho camino por andar y que la integración y la normalidad no se ha conseguido del todo». EFE
