El australiano Daniel Ricciardo (Red Bull) logró este domingo la victoria en el Gran Premio de Mónaco, que dominó de principio a fin desde la ‘pole position’, para reconciliarse con un circuito en el que era el máximo favorito y en el que se le negó el triunfo en 2016 por un error estratégico.
El piloto de Perth pudo, por fin, alzar los brazos en Montecarlo y beber champán de su bota -curiosa costumbre que ha tomado en los últimos tiempos y con la que rompió el protocolo monegasco- tras un fin de semana perfecto en el que dominó los entrenamientos libres, apabulló en la clasificación y supo aguantar en la carrera.