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El ingeniero Javier Osés ha aplicado un recubrimiento cerámico a instrumental quirúrgico y elementos de uso cotidiano como grifos o manillas
Osés (Pamplona 1983), nuevo doctor de la Universidad Pública de Navarra, ha desarrollado un recubrimiento antibacteriano que se puede aplicar tanto a instrumental quirúrgico y prótesis, como a elementos cotidianos como grifos, barandillas, manillas o azulejos.
El centro universitario subraya en un comunicado que gracias a este tratamiento se pueden «reducir de forma considerable los contagios de ciertas enfermedades y se puede minimizar el porcentaje de infecciones nosocomiales, que son las generadas en los complejos hospitalarios como consecuencia de los patógenos presentes en el instrumental quirúrgico y otros elementos».
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Para ello el investigador ha trabajado en el desarrollo de una serie de recubrimientos cerámicos de alta dureza a los que se han agregado pequeñas cantidades de metales antibacterianos como la plata y el cobre.
Javier Osés ha recurrido a la tecnología PVD (siglas en inglés de deposición física de vapor), que permite depositar películas delgadas mediante la condensación de un material evaporado sobre una superficie en condiciones de alto vacío, por lo que este método de recubrimiento es un proceso puramente físico.
Así ha logrado proporcionar a las capas desarrolladas la función necesaria para presentar un comportamiento antibacteriano sin que afecte a sus propiedades, ya que el principal reto era conseguir el efecto bactericida adecuado y modificar en la menor medida posible propiedades como la dureza o la resistencia al desgaste.
Una de las principales características del tratamiento desarrollado durante esta investigación es que puede ser aplicado a escala industrial ya que cumple con los requisitos de permanecer activo durante largos periodos de tiempo y ser económico.
Una de las principales características del tratamiento desarrollado durante esta investigación es que puede ser aplicado a escala industrial. “El tratamiento cumple con los dos requisitos necesarios para ser comercializado: permanece activo durante largos periodos de tiempo y es económico”, añade.
Aplicaciones sanitarias
Entre las aplicaciones del tratamiento antibacteriano, destacan las del ámbito sanitario. “Gracias a este tratamiento, se pueden reducir de forma considerable los contagios de ciertas enfermedades y se puede minimizar el porcentaje de infecciones nosocomiales, que son las generadas en los complejos hospitalarios como consecuencia de los patógenos presentes en el instrumental quirúrgico y otros elementos”, explica.
Además, una vez aplicado el recubrimiento en los elementos de acero inoxidable, no se han detectado efectos secundarios para los usuarios. “Estos tratamientos antibacterianos son capaces de eliminar todo tipo de bacterias sin suponer un riesgo para el ser humano”, concluye.
ES una buena noticia, ahora falta ver que cuesta el tratamiento.