Tiene razón la presidenta del gobierno nacionalista de Navarra cuando dice que no hay una agenda nacionalista en Navarra.
Lo que hay es una hoja de ruta establecida, hace muchos años, por los violentos y que pasa por incorporar a Navarra a la Comunidad Autónoma Vasca para crear su famoso Euskalherria.
Una hoja de ruta que hoy está más presente que nunca y que, a pesar de que, y en palabras de la presidenta, solo hay un tercio del electorado nacionalista, se pretende imponer al resto.
Para ello se utiliza el idioma, el «euskera», como medio de imposición de una minoría hacia el resto. La presidenta ahí quiere mostrar una realidad diferente a lo que todos los navarros tienen que enfrentarse.
Y sí, es cierto, la realidad de esta tierra es distinta a lo de otros lugares, léase Cataluña. Aquí ha habido muchos muertos por obra y gracia del terrorismo. Y violencia, aún existe.
Pero eso, la presidenta se lo calla, o se lo calla a medias. Silencio.