Cuando los primeros guardia civiles caían bajo el terror de la banda terrorista ETA, un esperpento se producía en las parroquias donde correspondía hacer los funerales. Los sacerdotes negaban a los familiares de los asesinados poder celebrar los oficios religiosos.
Antes de ello y cuando se produce el primer asesinato de un guardia civil, Pardines se llamaba, uno de los primeros que presta cobijo a uno de los etarras que han asesinado es un sacerdote.
¡Cuántas homilías a favor de ETA y su entorno se han proclamado en los púlpitos de muchas iglesias!.
La iglesia también pedía perdón ayer. Un perdón sentido, para a continuación pedir el acercamiento de los presos.
Ese es el problema. Con la iglesia hemos topado
Conviene recordar los conchaveo del obispillo Pérez, que en vez de llevarse dientes, deshaucia los restos de los caídos crisrtianos para ayudar al alcade de HE-Bildu. Asquito.
Y otra cosa sobre la nota de los ObisPillos: piden perdón, o sea que se les conceda ese perdón moral y sin consecuencias. Pero acto seguido siguen pidiendo, y ahora ya es práctico, el acercamiento de presos. Es decir, nada a favor de las víctimas, todo a favor de los asesinos. Como siempre. Como Cirarda o Setién. Y Pérez, nuestro infausto prelado, cómo no, en la foto con los obispos de Euskadi. ETA contenta de verlos unidos como intentaran en su día los separatistas la diócesis vasca. Eso sí, conseguira que los que antes agredía la procesión a su paso por Jarauta, ahora lo sigan haciendo entre aplausos hacia el ObisPillo Pérez.