El Partido Socialista acaba de recibir lo que se dice «un palo muy gordo». El tribunal constitucional ha determinado que es ajustado a derecho que haya colegios de educación diferenciada, o lo que es lo mismo, colegios de chicos o colegios de chicas. También ha determinado que tienen derecho a recibir subvenciones públicas.
Por otro lado, ha establecido, también, que tiene que existir «obligatoriamente» la asignatura de Religión.
La tan atacada LOMCE, la actual ley educativa, recibe por tanto, una legitimidad importante. Y es que, tomando como excusa una ley hecha por el PP, se pretendía atacar la libertad de los padres a la elección de centro educativo para sus hijos y la posibilidad de ser educados en lo trascendente.
La obsesión de algunos en destruir la enseñanza no pública -así denominada por ellos- y, sobre todo, la religiosa, raya el esperpento. Todo vale para conseguir ese objetivo.
Más vale que algunos, de momento, se lo ponen difícil.