- Viky Arrondo, Licenciada en Filología Románica
Título: No digas nada
Autor: Brad Parks
Editorial Plaza & Janés
ISBN: 978-84-01-01842-8
El juez Scott Sampson lleva una existencia feliz con su familia, su esposa, Alison, y sus dos hijos gemelos, Sam y Emma.
Hace ya algún tiempo ha conocido la violencia, cuando sufrió el “Incidente”, pero tras ese acontecimiento, todo en su vida ha transcurrido con normalidad.
Sampson dedica muchas horas a su tarea de juez federal en el distrito este de Virginia. Es un hombre exigente en el trabajo y a la vez, plenamente volcado con su familia.
Esta fuerte armonía salta por los aires de forma inesperada, cuando un día, al volver Alison a casa, comprueban que han secuestrado a sus hijos.
Sampson comienza a recibir mensajes en su teléfono. Los secuestradores le exigen seguir al pie de la letra sus instrucciones acerca de un veredicto que tendrá que dictar al día siguiente en su sala del juzgado.
La amenaza es muy grave y estremecedora: “No diga nada” ni a la policía, ni al FBI, ni a las autoridades. La integridad de sus hijos depende de que siga desarrollando su vida sin llamar la atención, como si no sucediera nada.
El juez Sampson se encuentra obligado a enfrentarse a su propia angustia personal, al sufrimiento que esta terrible situación genera en su esposa, a las diferencias de opinión, a veces importantes, que ella mantiene sobre los comportamientos a seguir, a una vertiginosa sucesión de tensiones y sucesos que amenazan con derrumbar los cimientos de su propia familia, su equilibrio personal y su integridad profesional.
A lo largo de la novela se nos muestra con hondura la psicología de los principales personajes, especialmente la del propio Sampson, su humanidad, sus incertidumbres, miedos, titubeos y su angustia.
La acción es realmente intrigante, engancha desde el primer momento y mantiene en vilo al lector, que se mete de lleno en este entramado de acontecimientos que se van precipitando rápidamente, uno tras otro, sin casi tiempo de reaccionar.
Esa preciso destacar la maestría con que el autor va creando y ensamblando los sucesivos y siempre sorprendentes episodios.
Las últimas páginas son especialmente brillantes, conmueven y emocionan al lector y le hace partícipe de los sentimientos de Sampson.