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Iglesia-basura

Últimamente me he encontrado con situaciones de Iglesia considerada “basura”Iglesia despreciada o humillada. Y cristianos marginados de una u otra forma.

No hablo ya de laicismos flagrantes, de ataques frentepopulistas, como el de la cruz de Callosa, que hemos sufrido como en nuestras propias carnes durante estos días, sino de otros laicismos más encubiertos, más subliminares, más -si vale la expresión- sofisticados… Son desprecios, faltas de consideración… Micro-laicismos, si queremos llamarlo así. Aunque pienso que muchos de ellos son maxi-laicismos enmascarados.

Vamos, que nos la meten doblada. Veamos algunos que he vivido muy cerca.

La Iglesia es hogar de acogida para los creyentes. Pero al mismo tiempo es basura y desperdicio para el “mundo”, para los que la desprecian y atacan. Basura, pero basura que salva. Sepulcro que revive. Útero que da vida…

Así, nos encontramos con “olvidos” o “desconsideraciones”, o más bien ataques directos, como el del azulejo del ayuntamiento isleñoeliminado con premeditación y alevosía frente a más de doce mil quinientos ciudadanos que han firmado para que se quede. Iglesia e imágenes de Cristo, basura.

Recordamos que muy cerca de allí, en el colegio de Carmelitas Vedruna, como bien saben los aguerridos e incondicionales mosqueteros que me leen, sucedió la penosa historia de asociación pro-feminista y lgtb, que entra en el colegio como perico por su casa y le da charlas a los niños tachando a la Iglesia de homófoba, y despreciándola ante los alumnos. Iglesia-basura.

Tengo presentes también otros micro-macro-laicismos excluyentes y cristianófobos, cercanos a mí, como el de Kichi y el de un concejal portuense, el año pasado.

Pero me quiero centrar en un caso de Iglesia-basura que es realmente curioso y mal-oliente..., cuando no signo de la dejadez y del desinterés de los gobernantes políticos, por respetar la libertad de los creyentes y no-creyentes, de los ciudadanos orgullosos de su tradición e historia.

Pues bien, lo explico: desde hace meses, viene siendo la Iglesia Mayor Parroquial de esta misma ciudad, La Isla de León, un depósito de desechos. El ayuntamiento ha instalado varios contenedores de reciclaje de basuras a la puerta de la misma. Y se da además la circunstancia de que ésta es un Bien de Interés Cultural (BIC), estando protegida por la Ley de Patrimonio histórico.

Curiosamente esa ley es la que esgrimen la mayoría de partidos (PSOE, Andalucistas, Ciudadanos y por supuesto Podemos) para quitar el mosaico del Sagrado Corazón de Jesús de la fachada del ayuntamiento isleños, siendo así que se podría dejar puesto sin ningún problema, pues no va contra esa ley. Pero lo que sí atenta contra la ley es la colocación de estos contenedores que afean la vista del monumento.

¿Afean la vista? Eso es evidente, como podemos ver en las fotos. Pero también es fuente de olores, de insectos (no hablemos de más zoología) y de incomodidades para todos. Para los que entran al templo y para los que acceden a los locales parroquiales de la parte trasera. Incluso se da el caso de que existe muy próximo a los contenedores, una Casa de Hermandad, la de la Virgen de la Soledad, cofradía histórica de San Fernando.

Se le ha pedido repetidamente su traslado tanto a la conocida alcaldesa socialista Patricia Cavada (aquí vemos algo de lo que piensa el personaje…) como al Primer Teniente de alcalde, andalucista y “político profesional”, Fran Romero, que es el encargado de Medio Ambiente y de la gestión de las basuras. Éste personalmente me dijo que “era un tema complicado”.

Y yo me pregunto… ¿es muy complicado trasladarlos a otro lugar, el que sea, pero distinto de un templo cristiano, que además es un Bien Histórico -por ser sede del Juramento de las Cortes en 1810- donde comenzó La Pepa?

¿Es muy complicado respetar la fe sencilla del pueblo? ¿Es difícil tener la suficiente sensibilidad -que por otra parte sería necesaria para ejercer cualquier cargo público- como para comprender que la fe, o el sentido religioso, son sentimientos primordiales para el ciudadano, algo mayoritario en la sociedad?

Para muchos políticos españoles parece que sí. La cristianofobia se extiende por Europa. Y esto que ponemos aquí, que llamamos micro-laicismos, no es sino la parte más visible del iceberg…

Iglesia-basura. Nada nuevo bajo el sol. Así ha sido desde hace veinte siglos. Desde cuando se acusaba a los cristianos de ser “los peorcitos” ciudadanos del imperio, políticamente incorrectos porque no adoraban al emperador, a pesar de que rezaban por él y lo obedecían en lo que era justo… Hasta hoy, acusados de “homófobos y odiadores”, a pesar de que acogen y aman a todos por igual.

Sra. Cavada, Sr. Romero, políticos todos que nos gobernáis: Sí, quizás la Iglesia sea como un gran contenedor de basuras. Donde llevamos lo que nos sobra y salimos reciclados. Es el sepulcro que nos resucita. El felpudo del mundo, al mismo tiempo que el mayor tesoro. Pero eso me parece que no lo entendéis.

Así que tened la vergüenza y la dignidad de respetarnos. Y de gobernarnos con más pulcritud.

Pedro Mejías Rodríguez, delegado Derecho a Vivir en Cádiz

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