Los disturbios producidos en el barrio madrileño de Lavapiés como consecuencia de la muerte, parece ser, de un paro cardiaco, de un senegalés, han sido aprovechados por los antisistema para producir graves altercados en las calles de Madrid.
Por lo visto, tras el bulo interesado de que dicha persona había muerto en una persecución con la policía municipal, la comunidad “mantera” había comenzado las protestas en la calle. Pero he aquí que la cosa no hubiera pasado a mayores si los antisistema no hubieran aprovechado el hecho para destrozar todo lo que encuentran a su paso.
La izquierda radical está tomando las calles. Su estrategia está bien clara. Cuantos más disturbios más inseguridad y quien sabe si una revolución encubierta. Todo por destruir el sistema e implantar una dictadura llamada del proletariado.
Mejores leyes para garantizar la cárcel a los exaltados, es lo que hace falta en este país. No pueden quedar impunes los intentos de desestabilizar un sistema democrático.
Deberían depurarse responsabilidades políticas. No pueden los dirigentes de todo un Ayuntamiento cono el de Madrid, animar las acciones de quienes actúan destruyendo y asolando a su paso.