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- Por José Andrés, profesor y doctor en geografía
Título: El niño perdido
Autor: Thomas Wolfe
Editoral: Periférica
ISBN: 9788492865413
Leer un libro de Thomas Wolfe, siempre es una experiencia apasionante. De hecho, estamos ante uno de los mejores escritores norteamericanos del siglo XX. Como decía su coetáneo Faulkner, Thomas busca captar con palabras lo más profundo y sutil de la vida, busca recoger esas emociones que sólo se revelan en el tono y en los quiebros de la voz.
Aunque sus obras más conocidas son sus grandes novelas, no por ello hay que “hacer ascos” a otras obras menores del autor. Una de ellas es El niño perdido.
El autor recoge un suceso de su vida: la muerte de un hermano, Grover, uno de sus siete hermanos. Ha fallecido de tifus a los doce años.
El relato de la muerte de su hermano está recogido en cuatro perspectivas. La perspectiva de la madre es fascinante y conmovedora. Ella nos muestra lo que es para una madre la muerte de un hijo.
El texto fluye de manera admirable a través de esos pequeños detalles que pasan inadvertidos, pero que lo dicen todo. El tiempo no avanza, sino que gira en torno al muchacho ausente.
A pesar del pesimismo que esto puede suponer, como una falta de esperanza en que nada acaba sin más, la ausencia -o mejor, la presencia ausente- es descrita como algo valioso, que nos ayuda a ser más consciente de lo que tenemos.
