José Luis Ábalos durante su intervención. NAVARRAINFORMACIÓN.ES
Hace ya algún tiempo una periodista de conocido prestigio comentaba, a quien quisiera oírlo, que iba a producirse una campaña política para crear una corriente de opinión ciudadana proclive a la reforma constitucional. Es más, anunciaba que dicha reforma constitucional iba a dirigirse hacia la transformación de España en un Estado federal.
Creada al tiempo una comisión parlamentaria para reformar la constitución, hoy se asiste a los intentos de algunos por conseguir precisamente un Estado federal.
El Partido Socialista Obrero Español estaría entre estos “elegidos”. Su secretario de organización, señor Ábalos, declaraba ayer precisamente a este efecto, aquí en Pamplona, que la comisión creada para reformar la constitución “se creó para reformarla”.
El señor Ábalos ignora las recomendaciones de los llamados padres de la Constitución que, hace un par de días, no abogaban por reformar la Constitución, seguramente, por no estar de acuerdo con los principios que ahora se defienden.
El señor Ábalos en sus declaraciones calla en la reforma que quiere su partido. Una reforma que quiere transformar a este país en algo distinto, en el que quepan sus famosas plurinacionalidades y con ello quepa una Cataluña, por ejemplo, cuasi independiente. El señor Ábalos ignora que la verdadera reforma que lleva décadas esperando es la de la derogación de la Disposición Transitoria de la Constitución, de gran importancia para esta tierra navarra.
Todos parecen callar ante esta reforma y, sin embargo, hablan de género y de uniones europeas, como si ello fuera lo más importante. Cabe recordar que Rajoy y Sánchez ya pactaron la reforma constitucioanal, antes de la elecciones de Cataluña, el pasado 21 de octubre, y tras aplicar el famoso artículo 155.
Verdaderamente, ¿merece reformarse la Constitución, si temas de calado tan importantes como el aludido no se tienen en cuenta?
