Los bancos británicos han comenzado a verificar el estatus migratorio de millones de sus clientes, dentro de un plan que anunció hoy el Gobierno del Reino Unido para cerrar las cuentas de inmigrantes irregulares a fin de obligarles a abandonar el país.
La secretaria de Estado de Inmigración, Caroline Nokes, designada esta semana para ese cargo por la primera ministra conservadora, Theresa May, indicó que la medida forma parte del compromiso del Ejecutivo para «dificultar a las personas que no tienen derecho a vivir o trabajar en el Reino Unido a que permanezcan» en el país.