El presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra, José Antonio Sarría, en sus declaraciones de ayer a la cadena NavarraTelevisión dejaba bien clara su posición y, es de imaginar, de sus asociados, los empresarios navarros, con respecto a las políticas económicas que se están llevando a cabo en esta Comunidad Foral.
Unas políticas económicas que no dejan en buen lugar al gobierno nacionalista vasco de Navarra: Una mala, malísima fiscalidad que ahoga al tejido productivo de esta tierra; un escaso apoyo, motivado por acuerdos políticos con la izquierda radical, a infraestructuras necesarias para esta tierra, como son el Canal de Navarra o el TAV; una excesiva burocracia que impide que las operaciones económicas sean ágiles, con la consiguiente pérdida de tiempo y dinero; un mayor apoyo al I+D+I que pueda abrir al tejido industrial navarro a la cuarta revolución industrial; una menor acción política y una mayor acción de apoyo a la economía, sobre todo, a la de los pequeños y medianos empresarios, a la de los autónomos y unas mejores políticas de conciliación que puedan permitir el trabajo de hombres y mujeres por igual, tanto en oportunidades como en salarios.
Un panorama, en suma, bastante desolador el expuesto por el presidente de los empresarios navarros, José Antonio Sarría.
El Gobierno de Navarra debería escuchar a los interlocutores económicos-sociales y tomar las medidas para eliminar la incertidumbre económica en la que se vive en esta tierra. El Gobierno de Navarra debería escuchar, y bien, por ejemplo, para eliminar esa política “colonialista” -decía el señor Sarría- del gobierno vasco hacia esta tierra navarra.
Más claro no se puede decir.