La ciudad estadounidense de Las Vegas se blindará con casi 2.000 efectivos de la Guardia Nacional y la Policía local, apoyados desde el aire y por tiradores de elite para garantizar la seguridad durante la celebraciones de Año Nuevo en un lugar marcado por la tragedia ocurrida el pasado octubre.
El pasado 1 de octubre 58 personas murieron y más de 500 resultaron heridas por los disparos de un tirador solitario llamado Stephen Craig Paddock, quien se parapetó en la habitación de uno de los pisos altos de un hotel, desde donde permaneció varios minutos disparando a la gente que abarrotaba el Strip, un bulevar en el que se celebraba un concierto al aire libre de música «country».