Vista exterior del ábside de la iglesia del Monasterio de Sijena (Huesca)
En los años 80 del pasado siglo unas monjitas tuvieron que dejar su amado Monasterio porque estaba en situación de ruina constructiva. Seguramente, para hacer un bien a su comunidad religiosa y para preservar lo que ellas consideraban que eran sus obras de arte más preciadas y queridas, no tuvieron otra ocurrencia que venderlas.
Sorprendentemente, a un precio bajísimo para la categoría de las obras de arte que tenían en sus manos, solamente 10.000.000 millones de las antiguas pesetas, poco más de 60.000 euros actuales.
No se sabe si por inocentes o por haber sido engañadas por sus compradores, resulta que la operación, según se desprende de un auto judicial de fechas no muy recientes, fue declarada nula de pleno derecho. Eso significaba que la operación de compraventa había sido ilegal y que, por tanto, lo comprado debía ser devuelto.
El Gobierno de Cataluña, comprador de dichas obras de arte, ha demorado hasta el extremo dicha devolución. La ha utilizado, además, para su provecho y beneficio político. España contra Cataluña. Polémica servida.
A ello tampoco ha contribuido para nada la actuación del Gobierno del señor Rajoy, que ha huido de la polémica y que, incluso, ha querido mantener la situación existente. El recurso de su ministro de Cultura, señor Méndez de Vigo, para intentar evitar la devolución, clama al cielo.
Tanto hablar, tanto llenarse la boca, del principio de solidaridad que tiene que haber entre las regiones que conforman España y, en cuanto se puede, dicho principio salta por los aires.
Todo el mundo sabe de los expolios que, en décadas pasadas, ha habido sobre los miles de obras de arte que han jalonado la geografía española.
Tanto que se habla de memoria histórica hoy en día, mayor memoria que devolver lo que las leyes dictan, no hay. ¿Alguien se pregunta cuáles eran los deseos de aquellas monjitas que hace ya unos cuantos siglos mandaron realizar tamañas obras de arte?
