De lógica y ajustada a derecho, según mandan los cánones jurídicos, podría decirse que es la demanda de equiparación de sueldos, que la Guardia Civil y Policía Nacional, lleva pidiendo desde hace ya mucho tiempo.
Ahora que ambos cuerpos han tenido que dar la cara en España y ellos, solo ellos, han tenido que enfrentarse ante las hordas nacionalistas catalanas, su equiparación salarial, con policía catalana (mossos), policía vasca (ertzaina) y policía foral navarra, tiene que ser ya un hecho de derecho.
Lo que no se entiende es el porqué, durante años, sus salarios, han sido muy inferiores a los de las diferentes políticas autonómicas citadas. Su función, como mínimo, es la de asegurar el orden y el respeto a la ley, encontrándose, por ello, con las mismas situaciones que las de las policías autonómicas.
Pídase y dése la bienvenida desde aquí a la confirmada propuesta del Ministro del Interior de que, en los próximos Presupuestos Generales, la equiparación salarial será, realmente, un hecho.
Es de suponer que la propuesta no haya sido “un mero brindis al sol” por parte del Gobierno de la nación (al que nos tiene acostumbrados), sabedor que, para el próximo año, la existencia de unos Presupuestos es algo manifiestamente imposible, dada su escasez de apoyos parlamentarios al efecto. Ante cualquier excusa o pretexto, por encima está el poder Ejecutivo.
