“Algo huele a podrido en Dinamarca” se dice en Hamlet cada vez que se representa.
Tras la decisión de la judicatura de evitar la prisión incondicional a la presidenta cesada del Parlamento de Cataluña, si abona un afianza de 150.000 euros, bien pudiera pensarse, en estos momentos, que, efectivamente, algo a podrido huele en España. No se puede entender que una de las culpables de los sucesos acontecidos en Cataluña y que culminaron con la Declaración de Independencia, pueda librarse de la cárcel, lisa y llanamente, abonando una fianza.
La Fiscalía solicitaba prisión incondicional para ella. Los miembros de la Mesa del Parlamento también acudían en calidad de «investigados» (antes imputados). Sorprendentemente, todos van a poder evitar la prisión abonando una fianza. A estos últimos, además, se les da una semana para poder abonar la irrisoria fianza impuesta. Y… a las elecciones del 21D.
El Gobierno, sobre todo, de la mano del ministro del Interior, ya había “aconsejado” prudencia a la hora de emitir sentencia y había sugerido qué debían hacer los miembros de la Mesa para evitar su ingreso en prisión. Dicho y hecho.
El que ahora, en cierto modo, hayan renegado de la DUI y hayan acatado el 155, no debería haber sido excusa para evitar la cárcel, puesto que han estado meses y meses proclamando, fomentando y defendiendo la independencia de Cataluña. El juego de siempre.
El Gobierno (parece, la realidad es otra) tener pánico al encarcelamiento de los sediciosos y rebeldes. Si todos ellos, al final vuelven a presentarse en las elecciones. Y si vuelven a ganar el proceso electoral, la situación volverá a ser la misma que antes de la aplicación del 155. ¿y, entonces? Está la reforma consitucional.