Los árboles más antiguos del planeta eran más sofisticados que los actuales gracias a una morfología más compleja, según un estudio publicado por la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Los científicos observaron en un grupo de troncos petrificados que estos filamentos, que reciben el nombre de xilema y cuya función es la conducción de líquidos en las plantas vasculares, conformaban toda una red interconectada que se propagaba por la parte exterior de la planta.
En las familias arbóreas existentes en la actualidad, el xilema forma un único cilindro cuyo crecimiento, año a año, se produce en forma de anillo justo bajo la corteza.
En el caso de los fósiles, sin embargo, este desarrollo era muy diferente, puesto que cada planta tenía diferentes filamentos que, a su vez, desarrollaron sus propios anillos.
De esta forma, al crecer los distintos filamentos se desarrollaba también la planta, expandiendo así el volumen de su tronco.
Además, según concluye el estudio, las distintas interconexiones entre los xilemas tenían la capacidad de reubicarse con el fin de adaptarse al crecimiento del árbol.
“No ha existido, que yo sepa, ningún otro árbol que haya hecho algo tan complejo como esto. El árbol era capaz de arrancarse el esqueleto y colapsarse bajo su peso, mientras permanecía vivo y crecía en todas direcciones para convertirse en la planta más dominante de su tiempo”, afirmó el investigador de la Universidad de Cardiff, Chris Berry, uno de los coautores del estudio. EFE