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Los mercados pendientes de la decisión del BCE sobre su programa de estímulos

Los mercados pendientes de la decisión del BCE sobre su programa de estímulos

Los ojos de los mercados están puestos en la reunión que mantendrá el próximo jueves el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), en la que se espera que la entidad anuncie su decisión sobre la retirada gradual de su programa de estímulos monetarios.

El presidente del BCE, Mario Draghi, dijo que sería en su cita de octubre cuando el máximo órgano rector del banco decida sobre la continuación o no de su política de compra de deuda pública y privada, que mantiene desde hace dos años y medio y a la que muchos atribuyen buena parte de la recuperación económica de la eurozona.

El Consejo de Gobierno -integrado por los gobernadores de los bancos centrales de los 19 países del área y los seis miembros del Comité Ejecutivo de la entidad- ya debatió en su encuentro de septiembre las diferentes alternativas en relación con el «ritmo y la duración» el próximo año de sus adquisiciones, que hasta finales de 2017 seguirán siendo de 60.000 millones de euros al mes.

Según los analistas consultados por Efe, se plantean tres principales escenarios entre los que podría optar el BCE para prolongar su programa de inyección de liquidez a partir de enero de 2018.

El primero sería reducir sus compras mensuales a la mitad (30.000 millones de euros) y mantener la vigencia del programa hasta septiembre del año próximo.

Esa elección supondría que el banco emplearía 270.000 millones de euros más en adquirir deuda, que se sumarían a los 2,28 billones de euros que habrá comprado el BCE desde el inicio del programa en marzo de 2015 hasta que concluya 2017.

Otra opción sobre la mesa de los directivos de la autoridad monetaria es la de comprar 40.000 millones de euros durante seis meses o incluso por más tiempo.

Y el tercer escenario supondría reducir el volumen de adquisiciones a 20.000 millones de euros y prolongarlas hasta diciembre de 2018.

Uno de los problemas a los que se enfrenta el banco europeo son los límites que el mismo se ha impuesto para adquirir deuda pública -en la que se concentra la gran mayoría de sus compras- por lo que podría quedarse sin más bonos para comprar.

Según las normas del programa de expansión cuantitativa -QE por sus siglas en inglés (Quantitativ easing)-, el BCE solo puede quedarse como máximo con un tercio de la deuda disponible de cada país de la eurozona y siempre en función del capital que cada uno de ellos aporta al banco.

Optar por una opción más prolongada en el tiempo y de un volumen menor permitiría contar con mayor oferta de deuda pública disponible y facilitaría además un margen de maniobra para aumentar la cantidad de compras si las condiciones se deterioran, por lo que algunos analistas apuntan a este escenario como uno de los más probables.

Las estimaciones sobre el valor de los bonos de deuda pública disponibles para adquirir el próximo año dentro de los límites impuestos se sitúan entre los 250.000 y los 300.000 millones de euros.

También hay voces en el seno de la dirección del BCE, sobre todo procedentes de los países del sur, que defienden que no se establezca una fecha límite para el fin de las compras de bonos o que se deje abierta la posibilidad de su prolongación en el tiempo.

Al igual que hay voces, especialmente alemanas, que abogan por una mayor aceleración del fin de los estímulos e incluso por no mantener los mínimos tipos de interés actuales durante «demasiado tiempo», como recalcó la semana pasada el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann.

En cualquier caso, Draghi advirtió también hace escasos días de que persisten las incertidumbres sobre el comportamiento de la inflación en la eurozona, especialmente por la volatilidad del tipo de cambio del euro y reiteró la necesidad de mantener «un nivel sustancial» de estímulos monetarios.

El banquero italiano recalcó, además, que los tipos de interés seguirán como hasta ahora hasta «bien pasado» el momento en que concluya el programa de inyección de liquidez a través de la compra de deuda.

«Este ‘bien pasado’ es muy, muy importante para anclar las expectativas de inflación», subrayó.

La inflación en la eurozona se situó en agosto y septiembre en el 1,5 por ciento, todavía lejos del objetivo del BCE de que los precios crezcan un 2 por ciento o ligeramente por debajo de esa cifra. EFE

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