Cataluña no es una nación. Esta afirmación es la teoría histórica más reconocida por todos.
Y de ahí parte el error de principio de los independentistas catalanes. Ayer, hoy y mañana clamaran por la falta de libertades y por lo que ellos dicen que es “un golpe de estado encubierto” por culpa de la activación, de la puesta en marcha del 155 de la Constitución ante los intentos del independentismo de socavar la unidad de la nación española.
Una nación, la española, que se comenzó a construir con los RRCC (Reyes Católicos) y que terminó de crearse tras la guerra de Sucesión española, en la que el Borbón francés Felipe V eliminaba los fueros de Aragón, territorio del que formaban parte los llamados condados catalanes. Estos nunca han llegado a formar una nación independiente. Ahora es cuando lo quieren hacer.
Para ello se sirven del adoctrinamiento en las aulas, en los medios de comunicación, para crear una mentira que sea reconocida como real. Se han creído tanto sus mentiras que creen que son verdad como la de la supuesta nación catalana.
Pues no, no son una nación. Así se sabe, así se cree.