Uxue Barkos (i) y María José Beaumont (d). EFE
El cuatripartito navarro no parece que viva sus mejores momentos. IU y Podemos acaban de presentar enmienda a la totalidad a la ley de Policías de Navarra.
La ley de Policías navarra ha sido un despropósito desde el mismo día en que se dio a conocer. El gobierno nacionalista navarro, de la mano de su consejera de interior señora Beaumon, ha querido desde el principio llevar a cabo una ley cuyo único objetivo era hacer desaparecer a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y transferir todas las competencias a la Policía Foral; con ello, la Guardia Civil y la Policía Nacional desaparecerían del territorio navarro.
Toda la oposición política se mostró -y se muestra- contraria, incluidos los dos partidos del «cuatripartito». Lo que no se podía imaginar el gobierno de la señora Barcos es que todos los sindicatos policiales, en un primer momento, se negaran en redondo a aceptar dicha ley, al considerarla totalmente lesiva a sus intereses laborales y profesionales.
Pese a ello, su tramitación ha continuado por el empecinamiento de la consejera de interior Beaumont, del propio gobierno de Navarra y de Bildu y Geroa Bai. Una vez más, Barcos y compañía demuestran que no gobiernan para todos los navarros sino solamente para unos pocos.
Cuando se gobierna de esa manera, se pierde la legitimidad y cuando se pierde la legitimidad, un gobierno no se hace acreedor de la confianza de sus ciudadanos, por lo tanto, debería presentar su dimisión.
