El presidente estadounidense Donald J. Trump (i) saluda al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, a su llegada a la Casa Blanca, en Washington. EFE
La administración del denostado presidente de los Estados Unidos Donald Trump acabar de anunciar una rebaja fiscal sin precedentes en la historia de ese país.
Lo que no había podido conseguir el tan recordado presidente Obama, lo logra quien ha sido acusado de todo lo inimaginable por una parte de la sociedad norteamericana y europea.
Eliminar el impuesto de sucesiones, disminuir la carga fiscal a las empresas y simplificar los tramos de renta, mejorará el nivel adquisitivo de los estadounidenses y su economía.
Quienes acusan, por ejemplo, aquí en España, de ser un impresentable a Donald Trump, utilizan políticas fiscales en las que el aumento de la base impositiva de los ciudadanos se hace brutal.
La administración norteamericana y su presidente son los grandes denostados en la mayoría de los foros políticos existentes. Esta rebaja fiscal debería servir para cambiar la visión que se tiene en estos momentos de la administración norteamericana.
Rajoy parece haberse dado cuenta. En el peor momento para reunirse con Trump, el encuentro sucede. No servirá de mucho para dar la solución esperada al problema político-económico con el independentismo catalán en España, pero ahí se ha producido.
