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Consumada la nueva decoración del Ayuntamiento de Pamplona

Consumada la nueva decoración del Ayuntamiento de Pamplona

NAVARRAINFORMACION.ES

El zaguán de la Casa Consistorial cuenta desde hoy con nueva decoración presidida por una copia en vinilo la representación manuscrita y policromada más antigua que se conoce del escudo de Pamplona y que data de 1598: Junto a él, en las escaleras de acceso a la primera planta, carteles históricos de San Fermín

Y en el hall, las llaves y las mazas de la ciudad y un facsímil que reproduce el documento original del Privilegio de la Unión. Estos elementos simbólicos hacen referencia tanto a hechos históricos sobre la fundación de la ciudad como a la cultura y a las fiestas. Con ellos se ha querido crear un espacio funcional y accesible a la ciudadanía a la vez que se traslada un discurso unitario de Pamplona. Los elementos, que son bienes del patrimonio cultural de la ciudad de titularidad municipal, han sido elegidos por los servicios de Cultura y del Archivo Municipal con argumentos históricos y artísticos y, a pesar de su valor, eran hasta el momento poco accesibles para la ciudadanía.

El nuevo escudo, demás de ser una representación manuscrita única y de gran valor plástico, ilustra el primer inventario de los documentos del Archivo Municipal, realizado en 1598. Está vinculado a un pleito abierto en 1596 por problemas en la implantación del sistema administrativo moderno de la ciudad. Por tanto, es también símbolo de la renovación y el funcionamiento de la institución municipal. Bajo la imagen se puede leer un texto de Estrabon (64 a.C.-24 d.C) que dice “Pasada la Jacetania, hacia el Norte, se encuentra la tribu de los vascones, donde hay una ciudad llamado Pompelon, que es como decir la ciudad de Pompeyo”. Hasta el año pasado la pared central del zaguán contaba con un escudo barroco de madera policromada procedente del Consejo Real de Navarra con las armas de la monarquía borbónica.

La presentación de la nueva decoración ha coincidido con la primer visita guiada a la Casa Consistorial dentro del programa conmemorativo del Día del Privilegio de la Unión y que ha contado con la participación del alcalde de Pamplona, Joseba Asiron.

Reforzar el discurso histórico de la ciudad

En los dos espacios laterales del zaguán, hasta el año pasado ocupados por bancos y plantas, se ha reforzado el discurso histórico de Pamplona. En la parte izquierda se ha colocado un facsímil del Privilegio de la Unión de 1423 en una vitrina y en las paredes un texto del primer capítulo del Privilegio de la Unión y una serigrafía con una representación de los tres antiguos burgos de 1423 revisada por Juan José Martinena. El facsímil es el referente documental de la ciudad, como verdadera acta fundacional de la Pamplona moderna. Hasta la fecha solo podía consultase en el Archivo Municipal o cuando se exhibía con motivo del Privilegio de la Unión.

Las mazas y las llaves de la ciudad, que se encontraban en el despacho de Alcaldía en la llamada Planta Noble de la Casa Consistorial, se exhiben en vitrinas en el otro espacio del zaguán. Las tres mazas simbolizan el poder municipal y la importancia de Pamplona como cabeza del reino. Datan de finales del siglo XVIII o comienzos del XIX, reutilizando algún elemento de la primera maza elaborada en 1555. En cuanto a las llaves, seis de ellas se corresponden con las seis puertas que tenía antaño la ciudad fortificada y la séptima, la de toriles, símbolo de las fiestas tradicionales de Pamplona y ejemplar del XVIII que presenta las armas de la ciudad. Las paredes de esta parte del zaguán se han decorado con otro texto del capítulo 3 de Privilegio de la Unión y con una serigrafía de la fachada de la Casa Consistorial con la traza realizada por Zay Lorda en 1755.

Ocho carteles históricos de San Fermín de gran tamaño

Para decorar las paredes de ambos lados de la escalera noble se ha optado por una selección de carteles históricos de las fiestas de San Fermín obra de Manuel Salvi (1903), José Galiay (1904), Enrique Zubiri (1919), Javier Ciga (1920), Jesús Basiano y Carlos Landi (1929), Locadio Muro (1934), Pedro Lozano de Sotés (1941) y Mariano Zaragüeta (1958).

Son originales litografiados de época que cumplen las características necesarias para su exhibición permanente en el Ayuntamiento, garantizando su conservación y seguridad. Ofrecen una imagen de la ciudad a lo largo de más de 100 años, muestran la evolución y los avances de la sociedad pamplonesa (costumbres, vestimenta, actos…), suponen un testimonio visual de la entrada en la ciudad de la modernidad (especialmente a través de la llegada de la industria, la tecnología) y reflejan la propia historia contemporánea del diseño gráfico.

Esos carteles han sustituido a los cuadros de reyes de Navarra pintados en el siglo XVIII por Diego Díaz del Valle. Los carteles, que ofrecen una multiplicidad de mensajes y lecturas desde diferentes perspectivas, recuerdan a las fiestas de San Fermín, el evento de mayor proyección internacional de la ciudad y uno de los aspectos más queridos por las personas de Pamplona y más demandados por quienes nos visitan.

La nueva decoración ha recogido también elementos externos de diseño que potencian el resultado final del conjunto decorativo. Entre ellos, la sustitución de la lámpara clásica que preside el zaguán y que no tenía valor ornamental por una pieza de diseño moderno de iluminación led de bajo consumo.

 

Información sobre los nuevos elementos de la decoración del zaguán

  • Texto del capítulo 1 del Privilegio de la Unión (Pamplona. 8 de septiembre de 1423) que aparece en la pared izquierda: “Que las dichas tres jurisdicciones del Burgo, Poblacion et Navarreria de nuestra dicha muy noble ciudat de Pomplona, del dia de oy en adellant a perpetuo, sean et ayan a ser una mesma jurisdicion, de una mesma universitat, un cuerpo et un concello et una comunidat indivisible”
  • Texto del capítulo 3 del Privilegio de la Unión (Pamplona. 8 de septiembre de 1423) que aparece en la pared derecha: “Que los dichos jurados de la dicha universidat de nuestra dicha muy noble ciudat de Pomplona unida (…) ayan a aver a perpertuo una casa et una jureria, do se hayan a congregar por los aferes et nogicos et ayan a fazer lo mas antes que podieran la dicha casa de jureria en el fossado que es ante la torre clamada de la gallea (…) et en l adicha casa se plegarn los dichos diez jurados”
  • Llaves de la ciudad de Pamplona. Las seis llaves correspondientes a los portales del recinto amurallado de la ciudad fueron fabricadas por el cerrajero Marcos Vergara en 1828 para ser entregadas a los reyes Fernando VII y María Josefa de Sajonia en su visita real a Pamplona. Para ello la ciudad hubo de solicitar permiso para su reproducción al virrey de Navarra, quien custodiaba las originales, confiscadas a los portaleros en 1812 por las tropas francesas, durante la Guerra de la Independencia. Las llaves, en realidad, tenían carácter protocolario y son copia de otras más antiguas, ya que desde 1560 fue costumbre entregarlas simbólicamente a los monarcas en sus visitas a la ciudad: tres doradas, de latón, encarnan la riqueza de la ciudad; otras tres bruñidas, de hierro templado, su fortaleza. La séptima llave, que representaba a la ciudad junto a las anteriores, es de factura barroca (siglo XVIII), aunque constan también gastos en su preparación para la visita real de 1828. Corresponde a la antigua Casa de Toriles municipal en la Plaza del Castillo, desde cuyos balcones las autoridades presidían los espectáculos taurinos que allí se celebraron hasta 1844. Por vincularse a la manifestación secular de las celebraciones solemnes de la ciudad, su uso, custodia y entrega es estrictamente regulado.
  • Mazas de la ciudad de Pamplona. Las mazas ceremoniales son uno de los símbolos seculares de la autoridad y el poder de la institución municipal. Acompañan a la Corporación, como parte de su séquito, cuando el protocolo y la tradición requieren su puesta en escena con carácter público. Si otras ciudades han ostentado su categoría con dos mazas, Pamplona, desde que hay memoria histórica, ha llevado tres, que la distinguen como capital y cabeza del Reino de Navarra. El cañón cilíndrico de la maza mayor, cincelado con ornamentación manierista de guirnaldas y motivos geométricos, es todo lo que queda de una antigua pieza elaborada en 1555 por Miguel de borgoña. Su cabeza, en forma de templete arquitectónico, y la totalidad de las otras dos mazas menores, formalmente gemelas, sobrias en su ornamentación, fueron realizadas por el platero José Iriarte a finales del siglo XVIII. Las tres piezas de plata cuentan con dobles cadenas de eslabones circulares y rectangulares alternos.
  • Privilegio de la Unión. Privilegio de la Unión de las tres jurisdicciones de la ciudad de Pamplona bajo una sola administración, otorgado por Carlos III el Noble en Pamplona el 8 de septiembre de 1423. Reproducción facsímil en papel pergamino del documento original en pergamino (Archivo Municipal de Pamplona / Colección de Pergaminos – 192B). Dos sellos circulares de cera, pendientes de hilos de seda verde: el gran sello del rey Carlos III el Noble y el nuevo de la ciudad de Pamplona. Lengua: Romance de Navarra
  • Carteles de San Fermín
  • Manuel Salvi (1903). El cartel es un soporte informativo que recoge los principales actos del programa de fiestas. La grandiosidad de la iluminación eléctrica, introducida en 1888, se perpetúa aquí como elemento innovador. 185×133 cm
  • José Galiay (1904). Plasma la llegada del automóvil, unos años después de la creación de las primeras fábricas europeas, en contraste con el monumento a los Fueros erigido en 1903, símbolo de la identidad foral de Navarra. 210×130 cm
  • Enrique Zubiri (1919). La obra presenta el perfil de la ciudad con sus monumentos más representativos y la Fama, figura femenina en primer plano, siguiendo las tendencias estéticas del Art Nouveau. 260×118 cm
  • Javier Ciga (1920). El pintor pamplonés refleja su calidad técnica en una escena de gran dinamismo protagonizada por alguno de los personajes más queridos y populares de la fiesta, cabezudos y gigantes. 250 x 116 cm
  • Jesús Basiano y Carlos Landi (1929). El pintor navarro y el cartelista tolosarra retratan elementos esenciales de la fiesta en el corazón de la ciudad, una imagen que pervive en el tiempo. 266 x 120 cm
  • Locadio Muro (1934). El profesor de pintura ofrece una imagen repleta de iconos festivos genuinos con un lenguaje propio de las técnicas del cartelismo publicitario y de los movimientos artísticos de vanguardia. 240 x 113 cm
  • Pedro Lozano de Sotés (1941). El pintor, ilustrador y escenógrafo supone, con su particular estética realista, planos de color con el cabezudo del alcalde y la proyección de la mirada cenital de la entrada del encierro de los toros en la plaza. 161 x 92 cm
  • Mariano Zaragüeta (1958). Tratada como una ilustración, la figura central del timbalero municipal (estática, sobria y elegante) deja atisbar tras ella un velado remolino de toros y corredores en el encierro. 160 x 90 cm

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