En temas como este, donde la seguridad de un país puede verse afectada, puesto que la seguridad del aeropuerto de Barcelona se declara en huelga indefinida, aparte del colapso que ha provocado en dicho aeropuerto estos días pasados, no puede extrañar que el gobierno vaya a tomar medidas extraordinarias mientras dure el conflicto.
Hay sectores estratégicos para la seguridad de un país que no pueden estar sometidos al capricho de unos trabajadores que, aún aceptando como lógicas sus demandas, pueden dejar descuidada la vigilancia de miles de pasajeros que todos los días entran y salen de un aeropuerto. Con los tiempos que corren cualquier descuido puede provocar que cientos de personas vean comprometida su seguridad ante terroristas de todo tipo.
El Gobierno debe dejar bien claro lo que se espera que lleve a cabo una empresa de seguridad. No puede consentir que, por las veleidades con sus trabajadores, dicha empresa no pueda cumplir con lo estipulado. Si fuera así obviamente el gobierno interviene.
Es de esperar que el “laudo arbitral” de aceptación obligatoria por las partes, solucione el problema. No pueden ser los ciudadanos, una vez más, los “cabezas de turco”, de los problemas entre trabajadores y empresas. No debería consentirse.