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Los toros juntos, excepto uno más rezagado.
A mitad de Santo Domingo un toro embestía a un mozo llegando a voltearlo al aire. Otro mozo ha resbalado mientras hacía la carrera y ha sido pisado por toda la manada.
Encierro muy directo, los toros a penas embestían, lo que ha salvado a más de un mozo.
Y también en la plaza de toros se vive el encierro. Minutos antes, llena de gente niños, familias, navarros, españoles y de otras nacionalidades, se dan cita.
Dos pantallas gigantes con imágenes del encierro, música, alegría y gritos esperan el cohete de las ocho de la mañana para que se abran las puertas del corralillo y salgan los toros con los mansos. Toros que serán toreados en la misma Plaza por la tarde.
Buen ambiente. Las pantallas gigantes, en pura emoción, conectan con los mozos y su canto a San Fermín, cohete, se abren las puertas y estalla la plaza en un grito. Imágenes de todo el recorrido, la gente vive el encierro. Entran los toros y nuestro compañero, en esos casi 900 metros de recorrido, nos informa que ha sido directo, rápido, aunque con peligro.