Concentración de enseñanza concertada en Navarra. Archivo.
El Gobierno de Navarra y, en concreto, su departamento de educación camina como “un elefante en una cacharrería” en el sector educativo navarro y, sobre todo, en la llamada enseñanza concertada. Recibe el nombre de concertada porque una parte de su coste es sufragado por dinero público –recuérdese que así se llama al sufragado por todos los navarros con sus impuestos-, gracias a los llamados “conciertos” de ahí el nombre de concertada, que son acuerdos que se firman entre el gobierno y este tipo de centros.
Un gobierno que en menos de dos años ha cambiado tres veces de estructura directiva en Departamento como el de educación, no puede estar haciendo bien las cosas. Si a ello sumamos el sectarismo por el que se caracteriza a esta etapa de gobierno, puede entenderse que se nieguen jubilaciones a los trabajadores del sector educativo, que se bajen los sueldos, que se aumente sin razón alguna el numero de alumnos por aula, etc, etc.
Cuando un gobierno consigue que todo el tejido sindical esté en su contra, que todo el tejido sindical haya dejado al lado las ideologías – aquí en Navarra, hay sindicatos nacionalistas, amén de los tradicionales, como por ejemplo, UGT– y defienda por igual a todos los trabajadores del sector, no puede -se repite- estar haciéndolo bien.
La Educación es tarea de todos, y todos, deben tener las mismas oportunidades educativas. No se puede ir en contra de quienes optan por modelos educativos no conformes con un gobierno determinado. No llegan a entender porqué tanta persecución a un modelo educativo tradicional, que lleva muchos años y que ahora está atacado injustamente.
Resulta chocante que hasta las ‘Ikastolas’ navarras -paradigma de la enseñanza nacionalista- estén en contra de este gobierno nacionalista.
Más del 60 por ciento del alumnado navarro elige la enseñanza concertada para lograr un desarrollo personal adecuado. El Gobierno parece no entenderlo e intenta, con todos sus medios, que ésta desaparezca. Lamentable.
