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Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y Función Pública.
Los argumentos dados por el ministro de Hacienda de España, señor Montoro, para justificar la amnistía fiscal dada por su gobierno a aquellos que habían defraudado al fisco, provocan el sonrojo a más de uno y hacen pensar en la desfachatez de este gobierno y en la creencia de que se cree por encima del bien y del mal.
La excusa de la crisis económica no se la cree nadie. Los tres o cuatro mil millones recaudados bajo este concepto son “pecata minuta” para el presupuesto de un país como este, donde las cifras alcanzan los billones de euros. Como tampoco se cree nadie que, con ello, se libraba España de ser rescatada, porque es que, además, ya lo fue. Recéerdese los miles de millones que la Unión Europea dio a España para ayudarle en el rescate bancario.
Pero donde la desfachatez alcanza su grado mas superlativo, es cuando se escucha al señor Montoro promover una ley para evitar amnistías fiscales. Dicha propuesta parece la del “chocolate del Loro” o lo que es lo mismo, hacer ver una cosa, para así actuar de manera sorpresiva, haciendo la contraria. Se decía que se iban a bajar impuestos, pero no ahora a mitad de la legislatura, dice Montoro, sino al final, como si la bajada de impuestos fuera cual zanahoria, y los sufridores pagadores de impuestos, o sea los ciudadanos, fueran los burros, a los cuales se les convence poniéndoles un caramelo y así los burros tan contentos.
Este país necesita una profunda regeneración política, pero no a costa de los de siempre, aquellos que venden y se venden por obtener un rédito económico o político. Basta con abrir el grifo para que todos beban. Mientras tanto, los españoles sufriendo los rigores económicos como si a nadie le importara.
