Deben de ser grandes las desavenencias entre los principales partidos independentistas catalanes para que, así sin más, el gobierno catalán formado por miembros de dichos partidos, tenga que hacer una especie de “photocall” para “salir al paso” de los rumores que apuntan a las diferencias a la hora de enfocar el proceso independentista.
Y es que el independentismo catalán comienza a darse cuenta de que el furor por la independencia empieza a apagarse en la sociedad catalana. Cuando una sociedad como la catalana dedicada al comercio, ve que el independentismo lo único que hace es hacerle perder dinero, las cosas cambian; cuando ve que ya van unos cientos de empresas que se marchan o están planeando marcharse de Cataluña, las cosas cambian.
Se quiere ya convocar, organizar y celebrar el referéndum secesionista catalán. No haría falta decir que el gobierno de este país, si el del señor Rajoy, debiera desconvocar, desorganizar y no permitir la celebración de dicho referéndum.
Mecanismos para hacerlo tiene varios, aunque uno establecido en la Constitución parece ser el más rápido y efectivo, cual es la aplicación del articulo 155, por el que ante actitudes de sedición ante el gobierno de la Nación, se suspende la autonomía y se detiene a los implicados.
El gobierno no lo va ha hacer, confía en que la fuerza de las leyes sea suficiente. El tiempo lo dirá.