Desde la muerte de Hugo Chávez y la caída del precio de petróleo, la crisis política, económica y social en Venezuela es galopante. Nicolás Maduro no ha dejado de desbarrar hacia una auténtica dictadura, sumiendo al país en el caos, encarcelando políticos opositores, rompiendo las reglas de convivencia y finalmente consumando un golpe de estado que esperemos no suponga un dramático punto de no retorno.
En cualquier caso, la UE y el Gobierno de España no puede despachar un asunto de esta gravedad con un tuit en favor de la libertad con el que Rajoy despachó el asunto o dubitativas declaraciones del Ministro Dastis. Cómo se puede contemporizar con un gobierno que ha acabado con uno de los países más ricos de América, un país sin papel higiénico, sin medicinas, sin medios de comunicación, sin libertades, amedrentado, con una delincuencia desbordada, y ahora sin gasolina a pesar de ser el país con las mayores reservas. El Gobierno español ha de reaccionar con la proporción que merece un episodio de esta gravedad.
También se hace necesario que el Congreso apruebe una resolución contra el golpe. Aunque el consenso unánime de los grupos se antoja difícil, después de que los líderes de Podemos se hayan negado a condenar lo ocurrido. El partido liderado por Pablo Iglesias debería dejar de hacer chistes y defender lo indefendible y convertirnos en una república bananera dictatorial a imagen y semejanza del régimen chavista y la dictadura venezolana
Si tomamos el ejemplo de cuba y lo reproducimos en Venezuela nos espera 60 años de maduro o el que ponga la dictadura militar , no hay mas y nadie hara nada y el reino de España con zapatero a la cabeza sabemos lo que hara , verguenza