«No entiendo lo de Ed Sheeran». Esta frase, escuchada cada vez más insistentemente en mentideros y trastiendas de la industria musical, comienza a emerger más allá del «off the record» a medida que el británico fulmina registros históricos con su último disco, «÷ (Divide)».
Así, el autor de «Shape of you» repite por undécima semana con esta canción en la máxima posición de la lista oficial de «singles» de su país, donde el tercer álbum de estudio de su carrera ha sobrepasado el millón de copias en apenas 16 días a la venta (232.000 en la primera jornada).
Pero el fenómeno no se limita a Reino Unido. «÷» es el número 1 mundial y, pese a su corto espacio de tiempo en el mercado, es el disco más vendido de 2017, de acuerdo con Billboard. Además, Spotify lo acaba de coronar como el artista que más reproducciones ha generado en un solo día, cerca de 56,7 millones.
Todo ese éxito no ha evitado que, a diferencia de lo que sucediera con otros «booms» recientes del pop internacional como Adele o Taylor Swift, Sheeran no haya concitado los parabienes de todo el mundo, especialmente de la revista de referencia musical Pitchfork.